"Hemos identificado bacteria relacionada a la auto-inmunidad y es sabido desde hace bastante tiempo que la auto-inmunidad lleva a la diabetes tipo 1", dijo a Efe Eric Triplett, director del Departamento de Microbiología y Ciencia Celular y autor principal del estudio.
La investigación encontró un fuerte vínculo entre una variedad de bacteria presente en el tracto digestivo de los niños al desarrollo de este tipo de diabetes, conocida también como diabetes juvenil.
De acuerdo con el investigador, el hallazgo podría brindar nuevas opciones de tratamiento o la posibilidad de detectar la enfermedad, que afecta a más de tres millones de estadounidenses.
"En este estudio hemos encontrado patrones de comunidades de microbios que pueden llevarnos a un diagnóstico más temprano del potencial de desarrollar la enfermedad del que tenemos ahora", indicó Triplett sobre la investigación publicada en la edición en internet del "International Society of Microbial Ecology Journal".
La diabetes tipo 1 es una afección en la que el páncreas no produce insulina o tan poca que el cuerpo no puede utilizar el azúcar en la sangre para transformarla en energía y debe ser controlada con inyecciones diarias de insulina, dieta y ejercicios.
La causa de la diabetes tipo 1 es desconocida, aunque se cree que existen algunos factores de auto-inmunidad, genéticos y ambientales, que podrían desencadenarla.
El estudio de la UF encontró que el factor que puede desencadenar el desarrollo de la enfermedad puede estar ligado a un desorden de cierto tipo de bacteria que vive en el tracto digestivo.
"Todavía no sabemos qué puede estar influyendo a estas poblaciones de microbios, aunque presumimos que puede ser tomar antibióticos o la dieta, todavía es algo que tenemos que estudiar más", indicó Triplett.
Los investigadores descubrieron que mientras que los niños saludables tenían todos mezclas similares de microbios, en el caso de los menores diabéticos las combinaciones eran todas desiguales y menos variadas en general, situación que se hacía más irregular conforme avanza la enfermedad.
"Aunque aún estamos lejos de lograrlo, en el futuro podríamos tener la posibilidad de diagnosticar el potencial de la enfermedad a los pocos meses de nacer y, si vemos esto, podemos darle a estos niños la bacteria apropiada para prevenir el problema", explicó el experto de la UF.
De acuerdo con los investigadores, estudios previos realizados en ratones han probado que introduciendo una bacteria beneficiosa puede ayudar a corregir la mezcla microbiana y ayudar a evitar o posponer la aparición de diabetes tipo 1.
El estudio analizó las muestras de bacteria de ocho niños finlandeses, de los cuales cuatro desarrollaron diabetes tipo 1 y cuatro no.
"Para continuar con el estudio necesitamos información de más niños y vamos a continuar ahora con 44 más y esperamos tener más de cien en un año para saber si los resultados se mantienen", dijo el investigador.
Triplett explicó que tomaron las muestras de Finlandia por la uniformidad genética y por ser el país con más alta incidencia de diabetes tipo 1 en el mundo.
Fuente: SunSentinel.com
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